UNAS NAVIDADES EN ZOSKI
En mi pequeño pueblo llamado ZosKi, todo estaba preparado para la llegada de la Navidad. El pueblo estaba vestido de blanco, de la nevada que había caído en días anteriores. En el aire, se respiraba a leña quemada. Las luces de colores, que decoraban las fachadas de las casas, hacían que el pueblo estuviera más bello que nunca. Desde la calle, se podían ver los abetos que la gente tenía adornados en sus casas.
En casa teníamos todo preparado. Mamá estaba preparando la cena en la cocina, mientras yo jugaba con mis hermanos pequeños. María y Lucas corrían alrededor del árbol y yo mientras pensaba en el largo viaje que Papa Noel tenía que hacer para llevar los regalos a todos los niños.
¡Niños a cenar! Como todos los días, mama a las 8:30 ya tenía echa la cena.
Después de cenar, mamá me dijo que recogiera la mesa, mientras ella ayudaba a mis hermanos a ponerse el pijama. Cuando terminé de recoger la mesa, me senté en el sillón a ver la tele, esperando a que Papá que viniera de trabajar.
( Dim Dom, Dim Dom ) sonó el timbre de la puerta.
¿Quién será? pensé.
Abrí la puerta y era mi amigo Pepe.
- Sane acompáñame a tirar la basura y asi hablamos un ratillo.
- Vale, espera. ¡ Mamá ! sálgo a tirar la basura con Pepe.
- Vale Sane ¡Ten cuidado con la nieve!
De camino a los cubos de basura, Pepe me contó, que esta noche era una noche mágica. La noche, en que todos los sueños se hacían realidad, siempre y cuando los pidieras mirando a la luna llena. Cuando llegue a casa, subí corriendo a mi habitación, y mirando por la ventana a la luna llena pedí mi deseo. ¡ Qué Papa Noel, me trajera la bicicleta que tanto deseaba !.
Al rato bajé al salón y le dije a mamá:
- Acompáñame a la cama y me cuentas uno de esos cuentos, que tanto me gusta.
Mamá, subió conmigo a la habitación, me arropó bien y se sentó a mi lado con el libro de cuentos que más me gustaba. Empezó a leer, cuando a la segunda página, el cansancio me pudo y me quedé dormida.
A la mañana siguiente, me levanté corriendo a ver que era lo que Papa Noel me había traído. Según bajaba las escaleras, vi la bicicleta que yo quería apoyada en el sofá. En aquel momento, me di cuenta que la noche que viene Papa Noel es una noche mágica.
FIN